Dedico esta entrada a la que ha resultado ser una de las mayores sorpresas que me he llevado en cuanto a productos televisivos se refiere. Hace unos meses leí la noticia de que los hermanos Wachowski preparaban una serie para Netflix. No soy muy fan de estos excéntricos directores, pero sí que sigo varias series del portal y la verdad que la calidad es bastante buena. En un principio no me llamaba especialmente la atención la historia, pero después de leer ciertas críticas por fin la he visto y es, sin lugar a dudas, una de las mejores series que he tenido el placer de ver.
La historia se centra en un grupo de 8 personas de diferentes partes del mundo que no se conocen de nada y que de repente se encuentran conectadas emocional y mentalmente. Una historia simple cuyo magistral desarrollo la convierte en una de las series más adictivas e interesantes de todo el panorama televisivo. El despliegue de sus intrigas, cómo poco a poco se van descubriendo más cosas no solo de nuestros protagonistas sino también del por qué de esta conexión hacen que no puedas parar de verla (de hecho yo la vi en dos días). Además, la serie ha conseguido que me ría, me emocione, me muerda las uñas y lo pase realmente mal, y al fin y al cabo de eso se trata; cuando ves una historia entretenida disfrutas, pero cuando en este caso una serie te hace sentir es algo que realmente consigue que se te quede en la memoria.
Sin duda el mayor punto fuerte de la serie son sus personajes y el elenco que los encarna. De entre los ocho personajes yo destacaría a la empresaria coreana, interpretada por Doona Bae, cuya historia familiar y su pasado tan duro la convierten en uno de los más queridos. Sorprende la participación de Miguel Ángel Silvestre, quien sigue sin ser un gran actor pero que parece ha mejorado ligeramente su calidad interpretativa (especialmente tratándose de un personaje gay, lo cual no le pega en absoluto). El caso es que todos los personajes, desde la transexual hacker hasta el africano con una madre enferma, pasando por el resto, se ganan el corazón del espectador desde el minuto uno, haciendo que la calidad de la serie suba muchísimo.
La estética, la dirección y sobre todo la banda sonora son otro punto vital del film. Consiguen que el espectador se meta de lleno en las tramas, moviendo diferentes sentimientos según qué situaciones. Se agradece el hecho de que no se tengan tapujos a la hora de hablar de temas como el sexo o la homosexualidad, los cuales están muy presentes y de una forma bastante explícita.
En definitiva, una maravilla, una OBRA MAESTRA de la pequeña pantalla...!