La verdad es que debía haberlo sabido. Como fan del género de terror desde que era crío, siempre que llega algún nuevo estreno a nuestras carteleras le presto especial atención (sobre todo teniendo en cuenta la escasez por la que está pasando últimamente), y cuando vi por primera vez el trailer de esta cinta esperaba al menos algo decente. Posteriormente fui leyendo las críticas y mis ganas de verla diezmaron sobremanera. Aún así, se me presentó la oportunidad y decidí aprovecharla. Craso error.
La cinta sigue la historia de Sara, una chica cuya problemática hermana gemela vive en Japón. Tras varios días sin saber de ella, llega a sus oídos la noticia de que se la vio por última vez dirigiéndose al bosque Aokigahara, conocido por ser un lugar donde la gente va a quitarse la vida. Cuenta la leyenda que las almas atormentadas de estas personas se quedan en el bosque, y que todo aquel que se adentra en el corre el peligro de acabar como ellas. Mira que se podría haber hecho una película notable aprovechando la chicha de esta historia, y es que además de ser algo relativamente fresco, da para mucho juego. Sin embargo, se han centrado en realizar una historia de fantasmas de lo más típico y poco interesante que te puedes echar a la cara. A medida que la cosa avanza no coge ritmo en ningún momento, logrando aburrir al espectador, quien termina por no tener el más mínimo interés en saber qué va a pasar. Sin tensión, sin sustos decentes, sin intriga, la película tiene todo lo que debe tener una cinta para que te entren ganas de suicidarte tú por haber pagado para ver tal bodrio, por no hablar del final: lamentable.
Las actuaciones tampoco convencen, y es que Natalie Dormer, a quien todos conocemos por su papel en Juego de Tronos, y a la que no considero en absoluto mala actriz, no consigue meterse en el personaje, viéndosela forzada en muchos momentos (da la sensación de estar haciendo este papel más por obligación que por voluntad propia). Por otro lado el resto de protagonistas, flojos flojos. Lo más salvable del film quizás sea la ambientación; ese bosque tenebroso y oscuro da realmente una sensación de acojone considerable. Por otra parte, se ha vuelto a cumplir una de las cosas que más odio del cine, y es que el trailer te muestra el 120% de la película (sí, digo el 120 porque no solo te cuenta la historia entera sino que salen escenas que después no aparecen en la película).
Resumiendo, una mierda como una catedral...!